Esta vida tan austera, es la aberración de la cruda realidad, me encanta vivir en mi mundo, simplemente no hay otro, regalado, maltrecho, sin ambiciones, flaco y sin ilusiones, pero mi mundo, un mundo que llenan de luz unos ojos en la mañana y otros cuando me cuidan en la cama abolido por la enfermedad.
La sanación espiritual se alcanza en la caricia de esta vida y en las personas que están ahí para rozar tu piel en un nuevo día, personas como ella, nueva oportunidad para el desarrollo de esta prostituta que le llaman vida. Me pongo mi antifaz y participo en el desfile de caras que no ven su realidad, les pesa encontrarse ante la verdad desnuda, prefieren cubrirla con ropa. Me da pesadumbre pensar en escribir otra página, otra vida, otros mares. Me pesa, claro que me pesa, a veces quisiera solo estar al pairo y a la deriva, en la sima de la nota de otro cielo más claro.
Me encanta la vida, el dolor y la pasión conjugados en el placer, vaya demostración de la felicidad, hoy se llena mi alma ante una nueva luz que entraña y encarna desde más allá de las capas de la piel, tal vez estoy renaciendo tal vez estoy creciendo, solamente estoy en la resaca arrepentida de todo lo que hice, y todo lo que no hice también, pero mi orgullo es que no me arrepiento tropezar es mi delito pero también es mi fianza. El error mi cárcel, la verdad mis barrotes abrazados al abrigo mutuo del amor.
Hoy puedo agradecer todo a esas personas, soy todo lo que quise ser, la incógnita es que nunca supe que quise ser. Solo existo y pienso, reflexiono y a veces miento.
Gracias Vida por ayudarme en el desarrollo
y gracias a todas esas almas que corrieron en mis arenas, bebieron de mi agua, y se calentaron de mis caricias. Familia, amores, amigos, conocidos, usados, usuarios, comanditados y comendatarios, accionistas patrimoniales y corporativos de mi vida necia.
Gracias por un día más aquí en este mundo del me quejo
gracias por el más reciente regalo.
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