miércoles, 10 de noviembre de 2010

El Hombre Y La Adversidad En Su Hombría Desafiada.

Es indescriptible la demostración de poder del hombre; el hombre a comparación de la mujer demuestra su poder con la violencia mientras la mujer con la seducción. El hombre ciega su razón ante la negación de su valentía, piensa en la violencia y el dialogo no puede ser una opción, la valentía y el orgullo es lo único que el hombre no puede dejar que le subyuguen, a menos que sea un cobarde que no pueda defenderse a si mismo.

En muchas culturas esta demostración de poder se practica en duelos, en competencias arduas, y en una cultura tercermunista como la nuestra (México) con los golpes. Estos golpes marcan la decidía entre el razonamiento y el sentimiento viceral de venganza ante el insulto y ardor del alma salvaje por naturaleza del hombre, el ego es el afrodisiaco principal que hace que fluya esta disputa entre dos machos siempre marcando su territorio y la huida es la extirpacion de sus testículos, símbolo por excelencia de la hombría misma.

Es difícil tratar de explicar y comprender este comportamiento, es simple y vana naturaleza; el hombre desde siempre ha luchado, el conflicto como explicó Marx es la clave para el desarrollo de una nación, y en este caso para el desarrollo y crecimiento de un niño interno buscando ser hombre a como de lugar, pero siempre no se detienen para pensar qué es lo que en verdad significa ser un hombre.

La disputa entre el puñetazo y la nariz ensangrentada son insignias de gran peso para la dominación que el hombre trae consigo, un acto de sumisión a través de la violencia y la coordinación de fuerzas, la disputa se basa en la simplicidad Darwinista en la supervivencia del más fuerte, grandes reglas naturales del dominio.

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